L'Hôtel de Panette está ubicado en un edificio del siglo XVIII decorado con muebles de época. Está rodeado de un jardín de 600 m², en la antigua finca que utilizó el español Carlos V durante su exilio. Ofrece un alojamiento de tipo B&B y dispone de conexión Wi-Fi gratuita en todas sus instalaciones. La estación de tren de Bourges está a 1,7 km.
Todas las habitaciones disponen de baño privado y TV. Algunas ofrecen vistas al jardín y tienen muebles de madera de época, chimenea y ventanas francesas grandes.
L'Hôtel de Panette sirve un desayuno continental diario. Después de desayunar, podrá relajarse en una de las 2 zonas de estar, decoradas al estilo de época, o en el jardín.
A 200 metros del establecimiento hay una oficina de información turística. En las inmediaciones también encontrará diversas tiendas y restaurantes locales. El palacio Jacques Coeur, que data del siglo XV, se halla a 350 metros.
Puntuación basada en 193 comentarios
Espléndido
9.2/10
Habitaciones: 3
(Buscar)
Dirección: 1, rue Henri Ducrot, Bourges 18000 (Mapa)
Hôtel de Panette - Un Château en Ville - Fotos
Lo que la gente dice
- Personal muy amable & servicial
- Desayuno fabuloso en un salón precioso
- Siendo un antiguo palacete ofrecen variados tipos de habitaciones manteniendo la esencia de sus origenes con la comodidad actual
- Recién reformado en su interior con mucho gusto y calidad
- Está en centro de la zona historica de la ciudad perfecto para poder verlo todo a pie, es una ciudad preciosa super bien cuidada con flores y fuentes por todas partes, realmente vale la pena verlo. todo comentarios »
Su ubicación, muy muy céntrico. Tienen parking, aunque un poco estrecha la entrada. La experiencia de dormir en un antiguo palacete, con una habitación enorme. La cama, las sábanas y las toallas, impolutas.
- El exterior del edificio está en vía de reformas, por ello su aspecto aún se ve descuidado, pero no nos ha importado una vez dentro todo estaba perfecto.
El desayuno, solo con dulces. (Aunque servido en un hermoso salón). Que el baño no esté dentro de la habitación, sino al final de un pasillo en el que bien es verdad no podías coincidir con otros huéspedes. La sensación de estar en un sitio un poco vetusto.